¿Qué es la
levadura?
El popular nombre de levadura de cerveza obedece en realidad a un conjunto de células de una especie de hongo: el Saccharomyces
cerevisiae. De hecho, el uso de estos microorganismos se pierde en la noche de
los tiempos: los asirios ya conocían la necesidad de su incorporación en la
elaboración de la cerveza, los egipcios la convirtieron en un producto de
belleza para mantener la piel lisa y tersa, Hipócrates la utilizó como
depurativo... Pero es a finales del siglo XI cuando realmente se conocieron sus
propiedades benéficas como aporte de proteínas y vitaminas del complejo. B.
Propiedades
Las células de levadura de cerveza presentan altas
cantidades de vitaminas del complejo B, proteínas con un alto contenido en aminoácidos
esenciales (cerca del 50% de su contenido) y oligoelementos, entre ellos el
potasio, magnesio, zinc, selenio y cromo.
No exageramos sin consideramos a la levadura de
cerveza como unos de los alimentos más ricos en estos nutrientes. Es además un
producto de alta digestibilidad, al que para facilitar el proceso de extracción
de su valioso contenido, se somete a un proceso de autolisis. En este, las
levaduras sufren una fase de evaporación y secado posterior a baja temperatura,
obteniendo finalmente la ruptura de las células y posibilitándose así la
extraversión y fácil acceso de su contenido.
Aplicaciones
La levadura de cerveza tiene en su conjunto
numerosas aplicaciones. Desde aquellas que se aprovecha su capacidad de
fermentar glúcidos para la elaboración de diversas bebidas alcohólicas
(principalmente cerveza) a aquellas que aprovechan su aporte nutricional
pasando por aquellas que propugnan su uso como material prebiótico. La riqueza
de los Saccharomyces cerevisiae en vitaminas del complejo B los convierte en un
alimento especialmente adecuado para mejora el aprovechamiento de los glúcidos,
mantener unas uñas, piel y cabello en perfecto estado o, lo que es
especialmente importante para la población vegetariana, aportar vitamina B12
esencial para la multiplicación celular y el óptimo funcionamiento de nuestros
impulsos nerviosos.
La levadura de cerveza puede presentarse
previamente lisada y secada en forma de copos, polvos, comprimidos o cápsulas. Si además tenemos en cuenta su alto contenido en
proteínas y aminoácidos esenciales podemos certificar que la levadura de
cerveza es un complemento ideal tanto en dietas deficitarias como en
situaciones de alta demanda como el embarazo, crecimiento o tercera edad.
Tampoco deberíamos olvidar su aporte en zinc como elemento reforzador de las
fanegas, en selenio como antioxidante, en hierro como antianémico o la
contribución del cromo en el control de niveles de glucosa en sangre. Si hasta
ahora hemos visto los claros beneficios que la ingesta de Saccharomyces cerevisiae
provoca en nuestro organismo, no deberíamos dejar de mencionar que estudios
recientes comentan que las ventajas nutricionales se extienden también a
nuestra microflora intestinal. Así, en parte a expensas del aporte energético y
plástico que ofrecen los Saccharomyces ingeridos obtenemos un crecimiento y
proliferación de la microflora, hecho que aporta beneficios en nuestra salud ya
que mediante la ocupación de la mucosa intestinal dificultamos la colonización
de diferentes especies microbiológicamente nocivas para el ser humano.
El aporte calórico de la ingesta de levadura de
cerveza como suplemento dietético es mínimo: tiene un valor energético de unas
360 calorías por 100 g .
Se recomienda ingerirlo como suplemento dietético en cada unas de las comidas
principales: a razón de 1,5 g
al día, supone un aporte energético muy pequeño (de unas 5 calorías).
Extraído de: REVISTA VÍA NATURAL Número 10
Imágenes:
http://blogs.infobae.com/alimentacion-consciente/2013/10/04/propiedades-de-la-levadura-de-cerveza-nutricional-y-levadura-nutricional-2/
http://blogs.runners.es/nutricion/suplementacion-natural-para-deportistas-i/
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