La teoría unicista considera
que las enfermedades de cada individuo se deben a una sola causa. El origen del
terreno crónico es único, endógeno, es decir, esencial e interno del individuo
y primario, innato, está presente en él desde su nacimiento. Para Kent, el
fundador de esta escuela, existe una unidad reactiva del cuerpo y el alma, y el
origen de todas nuestras enfermedades es espiritual o psíquico. La enfermedad
crónica proviene de una causa única que J. T. Kent describe como un «pecado
original».
¿Qué aplicaciones tiene esta teoría en la práctica
terapéutica?
En la práctica el médico unicista
busca definir con precisión las características psicológicas o conductuales del
enfermo, estudia lo que de específico hay en sus reacciones generales. Busca el
medicamento único, el «similimum», que corresponde sólo a este enfermo único y
que restablecerá su equilibrio psicosomático.
Para ello, el médico
consulta un inventario o lista que le permite comparar los numerosos síntomas,
priorizando los síntomas psíquicos y particulares o singulares del enfermo.
¿Cuál es la particularidad del sistema unicista?
En la práctica se utiliza un
solo medicamento, prescrito en una muy alta disolución. Generalmente el
medicamento se prescribe una sola vez. Pueden darse otras dosis más tarde, en
función de los cambios tras la primera, pero es preciso señalar que muchos
médicos no prescriben más que un solo medicamento. Por lo tanto, no se adhieren
forzosamente al pensamiento espiritualista específico de Kent.
¿Cuál es su interés y sus límites?
A menudo se tiene tendencia
a decir que la homeopatía se propone cuidar a los enfermos y no las
enfermedades; los unicistas o kentistas hacen de este adagio un principio
básico. Esta actitud es sin duda deseable, pero presenta algunos fallos:
· en primer lugar el examen demasiado minucioso de los síntomas
conductuales minimiza frecuentemente los síntomas psíquicos (e incluso el
examen clínico obligatorio), que son indispensables para el diagnóstico médico,
· en segundo lugar, muchas enfermedades tienen causas
accidentales independientes del psiquismo de los individuos, y el método psicosomático
tropieza aquí con una limitación evidente,
· por último, los conocimientos médicos modernos, si por un
lado nos demuestran la importancia de lo psíquico en el desarrollo de las
enfermedades, por otro nos muestran asimismo que las causas de las mismas son
múltiples, la mayor parte de las veces externas y muy a menudo adquiridas con
el tiempo y, por tanto, no innatas.
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