Claves diagnósticas (II): Homeopatía y Tipos de Temperamento



TEMPERAMENTO MELANCÓLICO: Estas personas nos recuerdan a la roca, con su dureza, frialdad, inmovilidad y aparente insensibilidad a lo que acontece a su alrededor. Cara pálida, la miada un poco velada, como si sus ojos mirasen hacia dentro, aspecto soñador y la sonrisa apenas esbozada. Al conocerles resulta evidente la conexión con  esta personalidad del medicamento homeopático SILICEA y, en menor medida, con la de NATRIUM MURIATICUM.

TEMPERAMENTO FLEMÁTICO: Estas personas nos recuerdan a una gota de agua: lisa, redonda, cerrada en sí. El paciente flemático a menudo está absorto en un juego, un libro o, incluso, mirándose las manos. De aspecto delicado y ojos tranquilos, quietos y felices. Algunas veces, sin embargo, la tranquilidad no es más que aparente y esconde un trabajo y un conflicto profundo y oculto.  Al tratarles resulta evidente la conexión con la personalidad del medicamento homeopático CALCIUM CARBONICUM y, en menor medida, con la de GRAPHITES.

TEMPERAMENTO SANGUÍNEO: Son personas activas en la sociedad, tratables por naturaleza y sumamente extrovertidos, elegantes y educados. Sus miradas son brillantes y sus expresiones vivaces, gesticulando con las manos. En este caso resulta evidente la conexión con la personalidad del medicamento homeopático SULFUR.

TEMPERAMENTO COLÉRICO: Se ponen en evidencia, quieren sobresalir, llamar la atención de los demás; toma todo a pecho y no se deja distraer de sus objetivos; puede llegar a ser un fanático. Su mirada natural es directa, penetrante, los labios cerrados; la musculatura es compacta. Resulta evidente la conexión con la personalidad del medicamento homeopático MERCURIUS y, en menor medida, con la de ARSENICUM ALBUM y PHOSPHORUS.


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