
Apego, resistencia y juicio, los tres grandes obstáculos en la senda del crecimiento espiritual, chocan de frente con la incertidumbre. En el fondo se trata de: o ellos, o Ella. Pobres, ricos, especuladores, banqueros, hipotecados, tranquilos, indignados, melenudos y calvos... Todos frente a la incertidumbre ¡Tantos esfuerzos dirigidos obstinadamente a vivir buscando certezas, avales que garanticen no tener que sufrir esas cosas que dan tanto miedo: pobreza, soledad, enfermedades y muerte! ¿Y ahora?
Ahora toca incertidumbre, es decir, toca espiritualidad. Toca comprender la delicada –e imprevisible- elegancia de nuestra existencia, no solo de nuestra vida ¿Cuánto vamos a perder de seguir así las cosas? ¿Qué pasará si ocurre lo que No quiero que ocurra? ¿Volverán los buenos tiempos alguna vez? Apego, resistencia y juicio... enfermedades mortales con una cura aparentemente simple, pero que nadie parece desear: la INCERTIDUMBRE.
¿Por qué Ella? Porque la incertidumbre es el único lugar de nosotros mismo al que podemos ir si queremos encontrar la libertad absoluta. La incertidumbre es el sentir del Yo frente al sentir del Ego, en búsqueda constantemente de la efímera seguridad. La seguridad es la ilusión del apego, la resistencia y el juicio, un lugar dónde no hay evolución. Frente a ella, en nuestro Ser auténtico, está la incertidumbre. Ella nos ofrece un suelo fértil para la creatividad pura, para la libertad, porque su “mapa de carreteras” es la FE. ¿Habríamos nacido de no haber aceptado –con fe- la incertidumbre? Penetrar en lo desconocido, cada momento, abriéndonos a posibilidades infinitas, todas ellas al alcance de nuestra mano, siempre frescas, siempre nuevas. Refrescantes y renovadoras.

Imagen:
http://zarex.wordpress.com/2011/07/04/lunes-filosofico-el-verdadero-significado-de-lo-infinito/
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