Sentí su presencia... y dejé de llorar


Era 1970, y yo pasaba el peor momento de mi vida...
Y me retiré durante seis meses al desierto de Arica.
Mi segunda esposa tuvo un accidente de automóvil y murió mi hijo, de once años.
Yo tenía 37 años y me tendía en su camita y pasaba horas y horas llorando.
Un día entendí que era llanto por lo que no había podido quererle.
Sentí su presencia...
y dejé de llorar.

Claudio Naranjo


Imagen: http://www.edesclee.com/products.php/ISBN9788433027290

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