La energía femenina abraza tu corazón y se une con tu
Espíritu y con todo lo que te rodea; porque es desde el corazón desde donde tu
mundo -nuestro mundo- será sanado.
La Diosa es la energía femenina y representa la
conexión con lo que sientes, con todo aquello que no puedes coger con la razón.
Como mujer, eres un canal de la energía femenina en la Tierra, la Diosa está
ligada al poder de tu vientre. Sin embargo en casi toda mujer encarnada hoy en
la Tierra existe una profunda herida, formada por el dolor acumulado en el
inconsciente colectivo de la humanidad, tras miles de años de deshonra y abuso
de lo femenino.
Para que puedas acceder a la energía de tu corazón, tu
verdadera esencia, es necesario primero sanar tu vientre, curar la herida
ancestral de lo femenino. Sanar la herida es perdonar, para realmente liberar a los demás y
liberarte a ti misma. Es desatar lo ilusorio. El pasado que solo está en tu
mente.
Tu vientre femenino será sanado de todo el dolor, de
todo el miedo y de todo el rencor, del karma colectivo, de miles de años de profanación
de lo femenino y agresión a la Diosa, cuando “desates” las causas. Comprender y
liberar el pasado, también el tuyo. Comprender desde la visión más amplia
del momento presente te permitirá liberar la mente a través del perdón.
Cuando la mente “ha comprendido”, tu sanación física se produce porque,
al sanar el cuerpo “conscientemente”, también estás sanando la mente. Activas
partes de tu cerebro antes dormidas o bloqueadas, liberando y elevando el nivel
de tus pensamientos, ampliando sus horizontes y expandiendo la consciencia.
Vive.
No pierdas el tiempo.
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