Una de las leyes universales es la ley de la Polaridad: “Todo es doble, todo tiene dos polos”. En la naturaleza existe la polaridad masculina y la femenina. La polaridad masculina, representa la energía expandida, la fuerza centrífuga, la acción, el movimiento y la polaridad femenina lo contenido, la fuerza centrípeta, la estabilidad y la receptividad. En la naturaleza lo lineal, lo recto y los ángulos es lo masculino, mientras que las curvas, espirales o helicoidales es lo femenino. Estos dos tipos de energías confluyen en el ser humano. Aunque se debe aclarar que no es lo mismo lo masculino y el hombre, ni lo femenino y la mujer. Somos seres duales y poseemos en nuestro interior lo masculino y lo femenino.
Lo masculino tiene que ver con la acción, la dirección, lo lineal y la creatividad. Separa y divide, es pragmático, claro, simple y ordenado. Se asocia con el lado izquierdo del cerebro que comanda las funciones de nuestro lado derecho del cuerpo, lo Yang, que rige nuestro sistema nervioso simpático. Cuando estamos más en nuestro masculino, estamos más enfocados en nuestros objetivos y centrados en nuestras tareas. Nos dirigen la decisión y la firmeza.
Lo femenino en nosotros, tiene que ver con la receptividad, lo circular, el tiempo no lineal y la gestación de la creatividad. Lo femenino envuelve, se relaciona con la vulnerabilidad, la dulzura, la generosidad, la empatía y con un tipo de unión intuitiva y telepática. Lo femenino une y nos da la capacidad de permanecer entre dos opuestos y abrazar la contradicción para llegar a la paradoja. Se focaliza en el hemisferio cerebral derecho, que rige las actividades de nuestro lado izquierdo del cuerpo y equilibra nuestra horizontalidad al nivel de nuestros hombros y brazos, que son las extensiones del corazón. Es nuestra parte Yin.
Normalmente el hombre es portador de la esencia más masculina y la mujer de la femenina, aunque ambos contienen las dos energías dentro. Puede ocurrir que una mujer tenga más esencia masculina que femenina y que la esencia de un hombre sea más femenina que masculina.
Una contradicción se transforma en paradoja en el mismo momento en que se acogen los opuestos que conforman la contradicción. La paradoja trata de algo incomprensible, no tiene una sola respuesta para todas las ocasiones y nosotros estamos conectados a un sistema nervioso que busca una sola respuesta a la que aferrarse, porque así puede dejar de buscar. La paradoja nos lleva a los dominios del no-saber, de no resolver un problema de una vez por todas, sino más bien a una dinámica actual entre dos o más respuestas correctas, ninguna de las cuales es suficiente por sí misma.
Para acoger la paradoja tenemos que interrumpir el impulso de nuestra mente para determinar una respuesta. Tenemos que despegarnos de la certeza de una respuesta correcta para explorar otras posibilidades, es decir, cambiar el “o” por el “y”. Aceptar el más complejo dinamismo del “y” y renunciar a nuestro conocimiento inmovilista del “o”. Comprender la paradoja es un salto en el desarrollo en el abandonamos las respuestas sencillas y entramos en el juego de las múltiples fuerzas.
Algunos “Y” que es importante gestionar:
Corto plazo - Largo plazo.
Flexibilidad - Control.
Creatividad - Disciplina.
Hacer - Ser
Competir - Colaborar
Trabajo - Familia.
Yin - Yang
Fuente: http://www.onadaurada.com/2013/05/todos-tenemos-energia-masculina-y-femenina/
Delia Govantes Romero. Femenino y Masculino. Acuarela sobre papel texturizado. 37 x 70 cm.
Imágenes:
http://despertar-consciencia.com/leyes-universales.html
https://es.123rf.com/photo_7825017_llavero-de-hombre-y-mujer-en-amor.html
http://christ-energy.blogspot.com.es/2011/08/taller-yin-yang.html
http://escuchaempatica.blogspot.com.es/2011_02_15_archive.html
http://expandiendo-consciencia.blogspot.com.es/2013/05/desequilibrio-del-masculino-y-femenino.html
http://universoscontingentes.blogspot.com.es/2011/02/femenino-masculino.html
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