Se obtiene de un árbol originario de Australia Macadamia
intergrifolia. Su composición es especialmente rica en ácidos oleicos,
linoléicos y esteroles, le confieren propiedades suavizantes, calmantes y
reestructurales.
Es un aceite fino, fluido y ligero, que aporta los elementos
nutritivos necesarios para conservar la piel luminosa y sana. Adecuado para la
piel del bebé.
Devuelve elasticidad, turgencia y tonicidad a la piel
desvitalizada, por lo que su uso se hace fundamental en el cuidado de la piel
fláccida. Esta acción específica se complementa con el aceite de sésamo.
Se le atribuyen propiedades reguladoras de los sistemas
linfático y circulatorio. Es una aceite muy apropiado como componente de los
aceites de masaje. Penetra profundamente en la piel reforzando su protección
lipídica sin dejar ninguna sensación de grasa.
Excelente como vehículo natural de los aceites esenciales.
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