Extracción de las Esencias Naturales - Maceración en Aceite


La maceración de flores y plantas en un aceite para extraer su esencia han sido utilizado durante miles de años, mucho antes de que se empezaran a hacer los aceites esenciales mediante destilación. Un aceite por infusión en grasa difiere de un aceite esencial, no solo el modo de hacerlo, también difiere en sus cualidades. El aceite por infusión no puede tener todas y cada una de las propiedades  del aceite esencial, aunque comparte la mayoría de ellas. Por otra parte, el aceite en infusión puede haber absorbido otro tipo de sustancias complejas de la planta que no están presentes en el aceite esencial.
Estos aceites por infusión  se conocen también como aceites florales si están hechos a partir de flores o aceites herbales si están hechos a partir de cualquier otra parte de la planta.
Para practicar los métodos simplificados de absorción por grasa  que explicaremos a continuación  podemos elegir cualquier tipo de flor o planta olorosa que nos guste, violeta, azahar, madreselva, jazmín, rosa, narciso, etc. Son muy apreciados por sus elevadas cualidades terapéuticas los aceites de caléndula, prímula, árnica e hipérico. También habrá que elegir el aceite base más adecuado según el uso posterior que vayamos a darle, para eso podéis consultar en la sección OTROS el apartado de ACEITES BASE O VEHICULARES.

Tipos de maceraciones en aceite:
  • Una forma consiste en impregnar un algodón con aceite de semilla de uva u otros aceites que no tengan un olor muy fuerte. Se coloca encima de una capa de flores, se tapa con una tela y se deja reposar durante unos días. Se van cambiando repetidamente las flores por otras nuevas. Al final se escurre muy bien el algodón, recogiendo el aceite en un recipiente. Este aceite aromatizado se puede utilizar tal cual o bien mezclado a partes iguales con alcohol alimentario.
  • Por infusión fría: Este método se utiliza sobre todo con plantas que no soportan el calor excesivo como son el hipérico, la caléndula o el meliloto. Es un proceso lento. Se toma un recipiente de vidrio limpio y de boca ancha. Se rellena en sus ¾ partes con las flores elegidas y se añade aceite hasta que queden todas cubiertas. Se cierra herméticamente para excluir el aire que podría volver rancio el aceite. Se coloca al sol o en un ambiente caldeado durante al menos 24 horas o hasta que los pétalos comiencen a volverse de color pardo. Se filtra el aceite con una gasa apretando el material, se tiran las flores y reemplazan por otras frescas. Habrá que repetir esta operación varias veces, hasta que el aceite sea lo bastante fuerte. Al final se filtra y se guarda. Estos aceites suelen ser muy adecuados para usos dérmicos.
  • Si se dispone de grasas más bien sólidas como manteca de Karité, jojoba u otras, la forma de proceder sería la siguiente. Se extiende una capa espesa de 2 a 3 cm de la grasa elegida en una superficie de vidrio, se colocan las flores y se pone otro vidrio encima, comprimiéndolo bien  y dejándolo así 1 ó 2 días en lugar cálido y seco. Extraer con cuidado las flores y repetir varias veces hasta que la grasa esté saturada de perfume.
  • Por infusión caliente:
    Se ponen en un cazo no de aluminio 1 parte de plantas, (hojas y flores), por 2 partes de aceite de almendra o girasol. Se calienta a fuego lento durante tres horas. Se filtra exprimiendo bien las plantas y se guarda en un lugar fresco, donde no le dé el sol. Este preparado se puede guardar un año y sirve para diversas aplicaciones terapéuticas según sea el preparado.
  • Otros métodos más rápidos pero menos recomendables consisten verter el aceite y las flores en una prensa y comprimir enérgicamente. O bien, verter las flores en un recipiente con aceite y calentarlo con cuidado al baño María durante 2 ó 3 horas, sin que la temperatura aumente mucho.





Imágenes:
http://citricselpla.es/blog/alimentacion/aceites-macerados/
http://miqueridohuertourbano.blogspot.com.es/2011/10/esencia-de-lavanda.html




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