Hace algún
tiempo se presentó un paciente en mi consulta para tratar un problema de
rigidez y dolor en las rodillas. Al preguntarle, se quejó también de dolores en
los pies al caminar, y en ocasiones rigidez en los tobillos. Nada que no
estuviera en los miembros inferiores. Mientras lo exploraba me di cuenta de que
las uñas de las manos mostraban un color amarillento sucio y estaban ásperas.
Todo ello me hizo pensar en un medicamento que el Repertorio y la Materia
Médica me confirmaron. Se lo prescribí a la 9 CH, 4 gránulos, 3 veces al día.
20 días
después se presenta por sorpresa en mi despacho, acompañado de su esposa, muy
airado, amenazándome con gritos y gestos violentos. Después de unos minutos y
de varios insultos se marcha dando un fuerte portazo. La mujer me mira
avergonzada y pide disculpas en su nombre, y me explica:
- Mi marido
padece reumatismo crónico que empeora mucho en invierno; tiene dolores muy
fuertes en los hombros, en los dedos de las manos y en las uñas. No
puede escribir, ni usar el ordenador, ni conducir. A veces ni es capaz de
vestirse solo. Desde que empezó con el medicamento que usted le prescribió los
dolores le mejoraron muchísimo.
- El no me dijo nada de eso –le respondí-, solo me
habló de sus rodillas. Además… si mejoró ¿Por qué se enfada?
- Porque está esperando una invalidez del gobierno
a causa de sus problemas –me explica- y con la mejoría teme que ya no se la
den.
El medicamento es, como ya habréis supuesto, SILÍCEA.
Imagen: http://remediosabuelita.blogspot.com.es/p/blog-page_7942.html
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